La OFCM deleitó al público con la batuta de James Ross y el piano de Ana Gabriela Fernández

Publicado el 18 Febrero 2018
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SC/DDC/CP/0118-18 Ciudad de México, 18 de febrero de 2018

  • El director y la artista cubana fueron ovacionados de pie luego de interpretar obras de Ponce, Barber, Liszt y Chaikovski

  • Por su impecable ejecución, los asistentes solicitaron a Ana Gabriela Fernández tocara más piezas, en respuesta interpretó La catedral sumergida, de Claude Debussy

La tarde del sábado 17 de febrero la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) se presentó en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, hoy domingo repite programa, y deleitó al público con un concierto dirigido por el músico estadounidense James Ross y la participación especial de la pianista cubana Ana Gabriela Fernández.

El programa inició con el Poema elegíaco del compositor mexicano Manuel M. Ponce (1882-1948), una pieza escrita en memoria del periodista y poeta Luis G. Urbina. Estrenada el 28 de julio de 1935 en el Palacio de Bellas Artes, Poema elegíaco la integran movimientos que van del romanticismo tardío hasta el impresionismo, en el que los metales y percusiones se encargan de añadir la pasión en el clímax de la pieza.

El concierto continuó con Sinfonía no. 1, Op. 9 del músico estadounidense Samuel Barber (1910-1981). La composición, estrenada en Roma el 13 de diciembre de 1936, se desarrolla en un solo movimiento continuo, basado en tres temas del Allegro ma non troppo, el cual se divide en cuatro secciones bien definidas. El compositor recibió varios reconocimientos y premios mundiales, entre los que destacan el Premio de Roma, la Beca Guggenheim y la Beca Pulitzer, y dos Premios Bearns de la Universidad de Columbia en 1928 y 1933.

El pedagogo, trompetista y director de orquesta James Ross ha sido batuta asistente de la Orquesta Sinfónica de Boston y del director William Christie en el conjunto Les Arts Florissant; ha desarrollado carrera como trompetista solista bajo la dirección de Kurt Masur, en la Orquestra Gewandhaus de Leipzig. Es un firme creyente del impacto de la música clásica y la humanización de las vidas de la gente que trabaja alrededor de ella.

Ha dirigido como invitado varias orquestas como la Gewandhaus de Leipzig, la Sinfónica de Utah, la Ciudad de Granada, la Sinfónica de Galicia, la Neubrandenburger Philharmonie y la Filarmónica de Binghamton. Gracias a su admirable ejecución con la OFCM, el público lo despidió con una ovación de pie.

Para la segunda mitad del concierto, Ana Gabriela Fernández subió al escenario para ejecutar con la OFCM el Concierto para piano y orquesta no. 2 en La mayor, de Franz Liszt (1811-1886), quien se destacó por su rango expresivo y técnica del piano. La pieza se basa en la orquesta como acompañamiento del piano, el cual entona una melodía cíclica con cambios de tiempo y expresión. El segundo concierto de Liszt se estrenó en 1857.

El talento e impecable ejecución de Ana Gabriela Fernández generó que el público le solicitara prolongar su participación en el escenario. La pianista cubana complació a los asistentes con la interpretación de La catedral sumergida, de Claude Debussy (1862-1918), una pieza para piano basada en una antigua leyenda de origen celta que narra la historia de una ciudad sumergida bajo las gélidas aguas del mar, la denominada ciudad de Ker-Ys, que significa "fortaleza de las profundidades".

Ana Gabriela Fernández estudió piano en la Universidad de las Artes de La Habana, donde se graduó con diploma de oro. Concluyó su educación superior con Ninowska Fernández-Britto Rodríguez. Actualmente cursa estudios de maestría en interpretación musical en la Facultad de Música de la UNAM.

Este concierto marcó el debut de Ana Gabriela Fernández con la OFCM después de haber sido seleccionada para tocar con la Filarmónica. En 2013 ganó el Concurso Internacional de Piano Musicalia de La Habana y el Concurso de Solistas por el 85 Aniversario de la Autonomía de la UNAM (2015).

Para cerrar la presentación, la OFCM interpretó el Capricho italiano, Op.43, de Piotr Ilyich Chaikovski (1840-1893). El “capricho” (capriccio) es una de las formas más libres y flexibles que existen en la composición. La pieza está a cargo de las trompetas, acentuada por los metales junto a una solemne melodía por parte de las cuerdas. El compositor ruso compuso esta obra en 1880 durante su estancia en Roma, y fue estrenada el 18 de diciembre del mismo año.

Para conocer más acerca de los programas de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México visite el sitio de internet http://ofcm.cultura.df.gob.mx/ Visite su canal de YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCUT7LNL-40fMnSwXNi1YLdg.

La cartelera de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está disponible en http://www.cultura.cdmx.gob.mx/ y en el sitio http://www.cartelera.cdmx.gob.mx; en redes sociales (Twitter y Facebook) @CulturaCDMX, siga los hashtags #CulturaCDMX y #CiudadSinMuros. --o0o--