La Ciudad de México celebra a Beethoven con concierto de la Orquesta Filarmónica en la Arena Ciudad de México

Publicado el 28 Enero 2020
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La Novena y última sinfonía del compositor alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827) sonará en concierto gratuito con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), que con la dirección artística de Scott Yoo y en colaboración con la alcaldía Azcapotzalco celebrarán el 250 aniversario del natalicio del genio de Bonn, el domingo 2 de febrero en la Arena Ciudad de México.

“Lo que la gente debe entender de esta sinfonía es que el autor nunca la escuchó. Ser capaz de crear ese tipo de música sin la posibilidad de oír es algo casi imposible de imaginar, es como pintar sin poder ver y habla del gran oído interno de Beethoven, quien pudo figurarse el sonido y eso es algo milagroso”, comentó en entrevista Yoo, director artístico y titular de la orquesta de la Secretaría de Cultura capitalina.

Compuesta entre 1822 y 1824, durante la última década de vida del autor y bajo su irreversible sordera, la Sinfonía No. 9 en re menor, op. 125, Coral, fue la primera composición de su género en integrar un coro, el cual conformarán para este magno evento la soprano María Katzarava, la mezzosoprano Carla López-Speziale, el tenor Dante Alcalá y el bajo Carsten Wittmoser, en compañía del Coro Filarmónico Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Será una gran oportunidad para llegar a mucha gente, es un espacio muy grande y nos emociona, pero también nos pone nerviosos. Tenemos la gran responsabilidad de dar lo mejor de nosotros porque esta música es muy importante”, expresó Scott Yoo al referirse a la pieza cuya partitura original fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2001.

A decir del también violinista, la orquesta revivirá la más conocida pieza del compositor alemán porque la mejor música “es solo tinta en una página de papel y no significa nada hasta que una orquesta la hace realidad, de lo contrario está muerta, por eso tenemos que seguir tocándola”, consideró.

Yoo, productor ejecutivo de la serie de PBS Now Hear This, enfocada a la música clásica en la televisión estadounidense, agregó que la presentación también responde a la función social de la OFCM para mantener vivo el patrimonio musical y acercarlo a los habitantes y visitantes de esta urbe. “Hay muchas personas a las que se les dificulta llegar a las salas de concierto, por eso es mejor llegar a ellos a través de otros espacios”, reflexionó.

Entre los motivos por los cuales el público debe aprovechar la oportunidad de escuchar en vivo la obra más importante del precursor del romanticismo, famosa por su gran escala y duración en la que “no se desperdició ni una nota”, el director artístico y titular de la Filarmónica de la Ciudad mencionó que todos han escuchado alguna vez su último movimiento, el “Himno a la alegría”, basada en la obra poética Oda a la alegría, del escritor alemán Friedrich Schiller.

“Una vez que Beethoven incluyó el poema de Schiller (que apela por la hermandad), dejó una escuela en la que una sinfonía debía significar algo más por el bien de la música”, señaló el director artístico al referirse a los tiempos en que fue compuesta la Sinfonía No. 9, en la década siguiente a la Revolución Francesa y en el periodo con mayores conflictos armados en Europa durante el siglo XIX.

“Sin Beethoven la música clásica no sería hoy reconocida, él cambio su historia, trajo el cuarteto de cuerdas a la sinfonía en nuevos niveles y cada compositor después de él siempre voltea a ver su obra. Hay un antes y un después de la Novena de Beethoven”, concluyó no sin antes exhortar al público a acercarse a la música clásica.

“No hay una reacción incorrecta hacia la música, si te aburre está bien, si te emociona está bien, si te entristece está bien; no hay reacción correcta o incorrecta, se trata de lo que hace sentir”, aseguró.

Nacido en 1770 en Bonn, Alemania, Beethoven conoció el piano por su padre, quien quiso hacer del infante el siguiente Wolfgang Amadeus Mozart. A los siete años de edad el compositor dio su primer concierto en público y el organista Christian Gottlob Neefe, asombrado por su talento, se propuso como su maestro y lo introdujo a la obra de Johann Sebastian Bach y Joseph Haydn.

A los 10 años dejó la escuela para dedicarse por completo a la música. Patrocinado por la aristocracia de Bonn, Beethoven viajó a Viena para convertirse en alumno de Wolfgang Amadeus Mozart, pero al poco tiempo de su llegada a la capital de la música, su madre murió y tuvo que regresar para hacerse cargo de sus dos hermanos menores.

Con 18 años, Beethoven comenzó a trabajar como músico en la corte de Bonn. Inspirado en la Europa de finales del siglo XVIII y seducido por las ideas de la Revolución Francesa, el autor quiso romper los paradigmas musicales de su época para marcar el inicio del romanticismo, bajo la idea de poner a la música en alto y alejarla del entretenimiento pagado por aristocracia.

Se introdujo a los círculos musicales de Viena, donde tuvo fama como pianista estrella de la ciudad. Poco antes de los 30 años, la presencia de un zumbido en sus oídos antecedería a la sordera total, condición que no le impidió seguir creando música. Murió en Viena, en 1827.

La Sinfonía No. 9 de Ludwig van Beethoven se escuchará con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la batuta de Scott Yoo, con la participación vocal de la soprano María Katzarava, la mezzosoprano Carla López-Speziale, el tenor Dante Alcalá, el bajo Carsten Wittmoser y el Coro Filarmónico Universitario. La cita es el domingo 2 de febrero, a las 17:00 horas, en la Arena Ciudad de México. Entrada libre con cupo limitado.

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