CONCIERTOS MASIVOS DE ENTRADA LIBRE EN LA CIUDAD DE MÉXICO: UNA NECESIDAD CULTURAL PARA TODAS, TODES Y TODOS

Publicado el 12 Mayo 2025

SC/CPDC/AR14-25

La Ciudad de México es una capital que nunca duerme y cuyo corazón late al ritmo del arte y la música: desde la radio en los mercados, los organilleros en las calles y los artistas emergentes en las plazas públicas. De norte a sur, y de este a oeste, todos los días la metrópoli parece tener vida propia entre el caos, la cotidianidad y la diversidad de personas que la habitan, por lo que a veces es necesario un respiro, algo que rompa con la rutina, como la magia de un concierto.

Los conciertos son más que solo espectáculos: se trata de encuentros colectivos, espacios de expresión y eventos en los que diferentes caminos llegan a un punto en común. Todos, todas y todes deberían tener acceso a ellos, pues son parte de los derechos culturales indispensables para el desarrollo individual y la construcción de identidad. Por eso existen los conciertos masivos, públicos y de entrada libre que se llevan a cabo en el Zócalo de la Ciudad de México.

Estos eventos en los que se reúnen miles de personas de todas partes de la capital e incluso del país, son un recordatorio musical de quiénes somos, de dónde venimos y qué conforma nuestra historia. Al mismo tiempo, son un acto de resistencia cultural ante los constantes cambios, la privatización y la inaccesibilidad al mundo del arte y el entretenimiento.

El reciente concierto de Lupita D’Alessio en la Plaza de la Constitución, que contó con más de 100 mil asistentes, en su mayoría mujeres, fue una muestra de la necesidad colectiva de experiencias musicales cercanas y memorables. La “Leona Dormida” no solo interpretó 18 canciones que reflejan cinco décadas de su trayectoria artística, sino que a través de ellas ofreció historia, unidad y memoria. Su presencia en el escenario fue una afirmación de que lo popular también es valioso y merece un lugar digno y central en los espacios públicos.
Durante años, la cultura y el entretenimiento se han convertido en un privilegio de unos cuantos, y aunque de manera superficial pareciera solo un evento gratuito, los conciertos masivos son un poderoso ejemplo del derecho a la cultura; son herramientas que permiten a la población gozar plenamente y equilibrar la balanza en su vida. Un acto de resistencia que nos recuerda que la música es necesaria, es una fuerza que humaniza y mueve, que cura el alma y transforma realidades. Al cantar en colectivo, las voces se vuelven una, y juntas, son imparables.