Fandanguea el Ollín Yoliztli con sones, polkas, jarabes y mucho zapateado
México, D.F., a 10 de abril de 2014
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Fandanguea el Ollín Yoliztli con sones, polkas, jarabes y mucho zapateado
- Celebra la Escuela de Iniciación a la Música y a la Danza durante 12 horas “Veinte años fandangueando y seguimos educando”
- Maestros organizan festival por apoyar académicamente a los alumnos y crear públicos para las manifestaciones artísticas tradicionales
- “Dominando la tarima se recrea la bailadora y con su baile enamora a todos los que la miran, con el arte que domina en los golpes de tacón va apretando la emoción, que bullen las jaranas el fandango se engalana y se agita el corazón”
Aromas y sones jarochos y michoacanos, colores y polkas chihuahuenses, sabores y jarabes guerrerenses invadieron el Centro Cultural Ollin Yoliztli, donde los estudiantes de la Escuela de Iniciación a la Música y a la Danza (EIMD) se dedicaron durante 12 horas a fandanguear.
El viernes pasado, más de 20 grupos de danza y música folklórica se dieron cita para celebrar los 20 años de Fandango en el recinto de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, y exhibieron la diversidad de la música mexicana, como las tamaulipecas El huerfanito, La Rosa, La Petenera y El Querreque; las oaxaqueñas Canción Mixteca y Jarabe Mixteco o las guerrereneses Las amarrillas, Atolito con el dedo, Alingo Lingo y el Toro.
Maestros, alumnos y público en general le dieron colorido al Festival “Veinte años fandangueando y seguimos educando”, con agrupaciones de distintas partes del país que hicieron en grande la fiesta, que tiene el objetivo de dar a conocer al público las tradiciones musicales existentes en la República y que actualmente se están perdiendo.
La fiesta empezó desde las diez de la mañana y desde entonces los niños corrían entre la gente, inventado sus juegos y bailando; ese viernes nadie dejaba de bailar, en momentos las personas del público se subieron a la tarima y demostraron, cada quien con su estilo, cómo se debe zapatear, se disfrutó en grande de la música mexicana, con una sonrisa y sacudiendo el cuerpo, escuchando, bailando, zapateando.
A la par de los taconazos y los golpes de jarana, en el ambiente se apreciaban los olores de la carne asada, de las quesadillas, del pozole y de los tacos, las faldas largas tricolores se mezclaban con el color de las aguas frescas y regresaban en forma de moños floridos a los rostros de las mujeres que danzaban al ritmo de la marimba.
Diferentes agrupaciones musicales llenaron de ritmos las instalaciones, desde alumnos de la EIMD, hasta artistas externos como la Orquesta Infantil de Percusiones de la Magdalena Contreras.
Los integrantes del ensamble Youak animaron a los jóvenes con la interpretación de El Feo, La Bruja y La Llorona, entre otras; con entusiasmo el público recibió al grupo Sipply, conformado por alumnos de la EIMD, quienes interpretaron el Son de los viejitos de Jarácuaro, Michoacán, prosiguiendo con polkas de Chihuahua.
Los Hijos del Son, conformados por alumnos de las diferentes escuelas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, Escuela de Iniciación a la Música y la Danza, Vida y Movimiento y Escuela de Mariachi, interpretaron música de Jalisco, Michoacán, Hidalgo y Veracruz.
Los Plateados, un grupo de jóvenes y niños, bajo la dirección de Marco Antonio Rubio, profesor de violín en la EIMD, acudieron desde Yautepec Morelos, del espacio cultural El Dichoso Lugar.
La Floresta interpretó varias de melodías a ritmo de la tradición jarocha, en donde el público disfrutó de La iguana, El amanecer, Cascabel, La candela, El toro zacamandú y La vieja.
Tierra Negra,que tampoco toca mal las jarochas, también animó los “Veinte años fandangueando y seguimos educando”. Víctor Castro, quien en la agrupación toca la jarana tercera, comentó que ellos se enteraron del festival por medio de Facebook, enviaron su solicitud a la Escuela y los aceptaron.
Carlos Perea aplaudió que alrededor del Fandango se reúnan diversas expresiones del país.
“Es interesante conocer a través de la música una cultura tradicional que se está perdiendo, que a través del sonido y el baile se conjuntan diferentes expresiones artísticas”, dijo el también integrante de Tierra Negra.
Los asistentes, además de gozar de la música, disfrutaron de ricos antojitos mexicanos, dulces típicos y artesanías de barro, de papel reciclado, entre otras.
“Los niños están increíbles, son apasionados y tienen mucho entrega; nosotros estamos acostumbrados a los bailables de la escuela. Los pequeños están muy contentos y entregados”, comentó Nancy Chávez, artesana invitada a participar en el Fandango.
Convivencia y nuevos públicos
Durante el Festival “Veinte Años Fandanguenadoy Seguimos Educando”, que organizan los maestros e laEscuela de Iniciación a la Música y a la Danza(EIMD) del Área de Música Tradicional, delCentro Cultural Ollin Yoliztli, la comunidad escolar convive con el público y con diferentes manifestaciones artísticas que tienen relación con la escuela, en la que se estudia la música tradicional mexicana.
El evento surgió por la inquietud de los maestros de la EIMD por apoyar académicamente a los alumnos, dándoles la oportunidad de escuchar a grupos profesionales de música tradicional para que apreciaran a lo que se puede llegar con disciplina y trabajo, además de que participan con algunas intervenciones dentro del evento.
De acuerdo con el director de la Escuela de Iniciación a la Música y a la Danza, Gerardo Díaz de León, elFestival, por un lado, busca crear públicos para este tipo de manifestaciones artísticas al ser abierto a todo el público y, por otro, tiene una función pedagógica con los alumnos de la escuela.
Jesús Gonzalo Camacho Jurado, profesor de la EIMD, explicó que “el Fandango es una fiesta que se hace en muchas regiones de la República mexicana, en los pueblos campesinos, donde se combinan diferentes expresiones artísticas desde la música versada, el baile y el zapateado.Es a través de la música, el baile y los versos que dan cuenta de la historia cultural de los pueblos”.
Marco Antonio Rubio Jiménez, profesor de violín tradicional de la EIMD, mencionó que el propósito de hacer Fandango es dar a conocer al público todas las tradiciones musicales que existen y que hoy en día se están perdiendo.
“Es por eso que el festival es muy importante para que prevalezca la música tradicional y que los jóvenes que la practican tengan un mejor desarrollo cultural y un crecimiento musical”, agregó el profesor, quien lleva 17 años asistiendo al Festival.
Comentó que ve con mucha fuerza al Festival, además de señalar el aporte por parte de la Secretaría de Cultura por el sonido enviado para el festival.
“Eso nos levanta todavía mucho más el nivel de la fiesta”, aseguró.
Gerardo Díaz de León, quien ha estado presente en el festival desde su fundación, explicó que el festival se planea con muchos meses de anticipación.
“Se planea desde el inicio del ciclo escolar, desde –digamos- septiembre. Se planea todo el año y se planean todas las actividades, pero ya propiamente que lo empezamos a armar es de enero para acá más o menos, serían dos meses y medio lo que tarda preparar, primero llamar a los grupos, seleccionar quien va a venir, etcétera”, explicó.
Encuentros y reencuentros
Berenice Camacho, ex alumna de la Escuela, fue una de las invitadas de honor, ya que desde los cinco años se introdujo al mundo de la danza y después de haber terminado sus estudios en 2011 regresó a sus 18 años como directora del grupo de danza Ameyaltzin, agrupación que creó con sus compañeros de preparatoria.
Berenice dijo sentirse emocionada de regresas a su escuela, su casa.
“Es mi escuela, mi vida desde los cinco años y me da emoción que los maestros todavía se acuerden de mí, que me inviten a participar y que yo pueda traer también a otras personas que he conocido”.
El grupo de danza folklórica Raíces, de Enrique Santa María, de la Delegación Tláhuac, de la Casa de la Cultura Diego Rivera, que está por celebrar 12 años, interpretó varias piezas, entre las que se encuentra La Petenera, La rosa y Canción Mixteca, está ultima interpretada de manera magistral por Jair de Jesús, el bailarín más joven del evento.
Como varias de las agrupaciones, está es la primera vez que Raícesse presenta en el festival.
Al atardecer, los grupos seguían tocando y danzando, así fue el caso de Los Salmerón y Los Gorriones.
Andrés García Nestitla, Ernesto Téllez García e Israel García White, integrantes de Los Avispones Huastecos, un trío procedente el municipio mexiquense de Ecatepec, fueron invitados para “huapanguear” y pusieron el ambiente con canciones como El Querreque, La petenera, El Caimán y Cielito lindo.
El Fandango se alargó y la noche cayó, no había forma de terminar el alegre encuentro, un encuentro entre tradiciones, entre aromas, colores y muchos sabores y sobre todo un encuentro de almas danzantes que compartieron la diversidad artística con la música, el baile y el zapateado.
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