Trazan la ruta de Gabriel García Márquez por Bogotá, Ciudad de México, Buenos Aires y Barcelona

Publicado el 30 Septiembre 2020
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Bogotá lo recibió fría y distante, pero le mostró a Kafka; la Ciudad de México le dio lecturas y el tiempo y espacio para escribir Cien años de soledad, su obra maestra; Buenos Aires publicó ésta y fue la primera que se rindió ante él, y Barcelona lo afianzó a la cabeza del boom latinoamericano. Tal fue la ruta que escritores y editores trazaron en torno al paso de Gabriel García Márquez por estas ciudades iberoamericanas en el conversatorio “Las ciudades de Gabo: un mapa literario”.

En la charla organizada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, llevada a cabo el martes 29 como parte de la alianza Ciudad (Es) Cultura, en la que participa la **Secretaría de Cultura de la Ciudad de México***, intervinieron los escritores Juan Gabriel Vásquez (Colombia) y Jorge F. Hernández (México), así como la editora argentina Gloria López y el crítico español Xavier Ayén, además del periodista colombiano Felipe Martínez, quien moderó la mesa.

Juan Gabriel Vásquez, guionista del documental Gabo: La magia de lo real, recordó que Gabriel García Márquez llegó a Bogotá desde su natal Aracataca en los años 40 del siglo XX, cuando tenía 16 años, para buscar una beca a fin de terminar el bachillerato. La capital colombiana “lo recibió al principio con frío, soledad y distancia, y con gente muy distinta a la de su pueblo; ahí seguramente se acercó a dos temas que fueron fundamentales después en su obra: la soledad y la nostalgia”.

En la capital colombiana, añadió, en el año de 1947 alguien le prestó el libro de La metamorfosis, de Franz Kafka y “el propio García Márquez recuerda la experiencia de leer este texto; literal dijo ‘me caí de la cama’, y, sí, ahí encuentra una forma de convertir en literatura sus propios fantasmas”.

Por su parte, Jorge F. Hernández comentó que el autor de Cien años de soledad llegó a México a principios de los años 60 como un escritor de cierto nombre, donde inició una relación con escritores mexicanos como Carlos Fuentes, Juan García Ponce y el colombiano Álvaro Mutis. “Su esposa, Mercedes Barcha, también conocida como “la Gaba”, comentó alguna vez que cuando probaron el arroz rojo con huevos en México, pensaron: ‘éste es un país donde se puede vivir’”.

Sus allegados cuentan, agregó, que desde que llegó al país ya hablaba de una gran obra de la cual aún no tenía el principio y que tenía que encerrarse a escribirla. “En aquellos años, no sólo Mutis sino Carlos Fuentes, Salvador Elizondo y el propio Juan José Arreola se encargaron de bombardearlo con libros; no sólo fue su conocido encuentro revelador con el Pedro Páramo, de Juan Rulfo, también los cuentos de Francisco Tario lo impactaron bastante”.

Gloria López, de la Editorial Sudamericana, sello que publicó la edición original de Cien años de soledad en 1967, señaló que para García Márquez, Buenos Aires, Argentina, fue “algo realmente especial, porque aquí se produjo el fenómeno inmediato del reconocimiento de la gente, de los lectores; yo como editora no recuerdo muchos casos en los que inmediatamente que salió una novela, se produzca lo que pasó con esta obra”.

Finalmente, Xavier Ayén dijo que García Márquez, quien en 1982 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, vivió en Barcelona, España, entre 1967 y 1975. “Acá tuvo un encuentro fundamental con la agente literaria Carmen Balcells, quien no sólo lo promueve entre el mundo intelectual, sino quien también fue muy importante para que se volviera un autor de fama mundial y para que los escritores del llamado boom latinoamericano, con el Gabo a la cabeza, tuvieran el impacto que alcanzaron”.

El conversatorio “Las ciudades de Gabo” formó parte de los encuentros literarios llamados Lecturas Cruzadas, que promueve este año la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, y fue transmitido por las redes sociales de esta entidad.

Ciudad (Es) Cultura es una alianza que conecta, en esta etapa de pandemia, la oferta cultural de la Ciudad de México, Bogotá, Barcelona, Buenos Aires, Lima y Lisboa. En diferentes plataformas —como Capital Cultural en Nuestra Casa, de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México— se comparten materiales de cada urbe; en una segunda etapa, se genera material conjunto.

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