Ofrecen panorama de la Ciudad de México en 1524, año de la fundación de la capital novohispana

Publicado el 27 Junio 2018

SC/DDC/CP/0599-18 Ciudad de México, 27 de junio de 2018

  • En el Archivo Histórico de la CDMX se llevó a cabo una sesión del seminario Tardes de Crónica, con el escritor y cronista Jorge Pedro Uribe Llamas

El investigador Jorge Pedro Uribe Llamas dictó la conferencia “La Ciudad de México en 1524”, la tarde del martes 26 de junio en el Archivo Histórico de la Ciudad de México, espacio de la Secretaría de Cultura capitalina, durante una sesión más del seminario permanente Tardes de Crónica, organizado por este recinto.

El año de 1524 puede considerarse como el fundacional de la Ciudad de México bajo el dominio español; en términos institucionales, el Cabildo local empezó a sesionar en la casa de Hernán Cortés (donde hoy se ubica el Monte de Piedad del Centro Histórico), y una de sus primeras órdenes fue limpiar de cuerpos y desechos humanos la zona conquistada, explicó el escritor y cronista Jorge Pedro Uribe Llamas.

En ese momento, añadió el especialista, se calcula que había en la naciente urbe (luego del arrasamiento de México-Tenochtitlán) cerca de 30 mil vecinos, la mayoría españoles, aunque de dos tipos: conquistadores (quienes se mudaron de Coyoacán, donde residían), y ciudadanos hispanos recién llegados apenas terminaron las batallas, además de algunos sobrevivientes indígenas.

Acompañado por Carlos Ruiz Abreu, director del Archivo Histórico de la Ciudad de México, quien le dio la bienvenida y lo presentó a los asistentes, Uribe Llamas ofreció un panorama acerca de los primeros años de la capital de la Nueva España, tras la guerra de conquista que derrotó al imperio azteca.

“Las misas se celebraban también en la casa de Cortés y es muy posible que ya hubiera judíos en esos primeros años, pues para 1550 diversas fuentes calculan que uno de cuatro blancos era precisamente judío. La traza original de la ciudad abarcaba de la actual calle de Donceles hasta Venustiano Carranza, y de 5 de Febrero a la entonces conocida como Calzada de Iztapalapa (hoy Pino Suárez)”, comentó el cronista.

Asimismo, indicó, la única plaza era la mayor (el actual Zócalo) y en 1525 estaban a punto de nacer la Plaza de Santo Domingo y la del Volador. “La traza colonial aprovechó acequias, diques, acueductos y calzadas ya existentes, no se hizo sobre una hoja en blanco como suele pensarse”, expresó.

Muy pronto, recordó, comenzó la repartición de solares (terrenos), quizá desde antes de 1524; en la incipiente urbe, muchas de las calles no tenían nombre y era más fácil usar de referencia un solar y su propietario. Las de Iztapalapa y Tacuba, eran de las calles más solicitadas para vivir, “y en la Calzada de Tacuba, que no es lo mismo que la calle de Tacuba, es decir, hacia el norte ya fuera de la pequeña ciudad colonial, empezaron a ser comunes las huertas y villas de descanso”.

Los dueños de los solares, explicó Uribe Llamas, “debían construir inmediatamente con la idea general de que poblar era defender la plaza”. Esa primera Ciudad de México, agregó, era una ciudad con presencia indígena: hay referencias de que había restos de un gran teocalli en lo que hoy es la Catedral y pedazos de ídolos y construcciones prehispánicas se usaban como cimientos para las edificaciones.

“Además, aquella primera arquitectura de las casas particulares daba un aspecto más bien militar y no habitacional a la ciudad, eran como pequeñas fortalezas: la belleza de la arquitectura vendría hasta al siguiente generación”, comentó finalmente el especialista.

El último martes de cada mes, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México —a través de la Coordinación de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural y el Archivo Histórico— realiza el seminario Tardes de Crónica, como un esfuerzo por mantener, recuperar y hacer memoria sobre la capital y sus calles, así como sus habitantes e historias, que se entrelazan y fluyen a través del legado cultural e histórico de una de las urbes más grandes del mundo.

Jorge Pedro Uribe Llamas es licenciado en Comunicación por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. En 2014 recibió el Premio Pochteca de Plata, de la Secretaría de Turismo capitalina, por su labor como cronista. Asimismo, es miembro asociado del Seminario de Cultura Mexicana, miembro adherente de la Asociación de Cronistas de la Ciudad de México y autor de Amor por la Ciudad de México (2015), El gran libro de la CDMX (2016), y Novísima grandeza mexicana (2017).

El seminario permanente Tardes de Crónica se realiza los últimos martes de cada mes en el Archivo Histórico de la Ciudad de México, ubicado en República de Chile 8, esquina con Donceles, Centro Histórico de la Ciudad de México.

La cartelera de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está disponible en: http://www.cultura.cdmx.gob.mx, y en el sitio http://www.cartelera.cdmx.gob.mx/; en redes sociales @CulturaCDMX. --o0o--