Revela “La Ciudad de Guadalupe” historia del Centro Escolar Revolución

Publicado el 10 Julio 2020
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Un recorrido por los antecedentes del Centro Escolar Revolución —que fuera el Recogimiento de San Miguel de Belén para mujeres pobres en 1683, el Colegio de las Niñas de San Miguel Belén en 1751 y, posteriormente, la Cárcel de Belén en 1863—, se llevó a cabo este jueves 9 de julio, a las 19:00 horas, como parte de una emisión más de la serie histórica “La Ciudad de Guadalupe”, en la plataforma digital Capital Cultural en Nuestra Casa y redes sociales.

La directora general de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Guadalupe Lozada León, fue la encargada de develar las anécdotas, historias y leyendas del recinto académico ubicado en Avenida Arcos de Belén 82 y Niños Héroes (en contra esquina de La Ciudadela), en la colonia Doctores de la alcaldía Cuauhtémoc.

A lo largo de la transmisión, la experta en historia compartió los detalles del Centro Escolar Revolución, que en la actualidad alberga escuelas primarias y secundarias, estancias infantiles y especiales, así como oficinas públicas. Se inauguró como espacio académico el 20 de noviembre de 1934, en un nuevo y moderno edificio diseñado por el arquitecto Antonio Muñoz García, convirtiéndose en la obra cumbre del entonces presidente Abelardo L. Rodríguez.

“Fue una temporada en la ciudad en la que hubo muchos cambios y renovaciones, las cuales hicieron que varios de los rumbos que estaban perdidos u olvidados, ahora con estas mejoras comenzaran a tener una nueva vida. Que, si bien no han dejado de estar alejados de la zona más importante del Centro Histórico, actualmente tienen una vida muy distinta de la que les tenía preparada el destino”, señala Guadalupe Lozada León en el video disponible para consulta.

Con fotografías la funcionaria ilustra cómo se veía la ciudad en aquella época y explica que el lugar del Centro Escolar Revolución originalmente fungía como casa de recogimiento para mujeres desprotegidas, que fundó el padre Domingo Pérez de Barcia en 1683.

“El terreno donde el sacerdote empezó a construir pertenecía a María de la Concepción, una mujer indígena que había recibido de sus antepasados las tierras que les habían dejado los españoles en la parte exterior de la laguna, lo cual demuestra que los españoles expulsaron a los mexicas de sus tierras, de la ciudad de Tenochtitlan, y que habían creado a su alrededor barrios de indios”, profundiza la conductora del programa.

Una vez construido el asilo para mujeres, se comenzó con la capacitación de éstas, quienes eran instruidas para realizar actividades consideradas apropiadas para su género, clase social y grupo étnico, en tanto se les aleccionaba sobre religión, aunque no fuera un convento. A la muerte del padre Domingo Pérez de Barcia, el sitio quedó a cargo del arzobispado.

“El colegio empieza a recibir a más niñas y se modifica la arquitectura del edificio para tener espacio y poder instruir a las colegialas no sólo en cuanto al cristianismo. Se les enseñaba lectura, escritura y a contar, además de labores femeninas de entonces como bordados, desfilados y costuras”, describe la directora general de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de esta dependencia.

Agrega que el lugar creció a tal grado que padres de familia consideraban importante llevar a sus hijas a este sitio, aunque tuvieran que pagar por su educación y manutención, lo que provocó que el Recogimiento de San Miguel de Belén para mujeres pobres se diera a conocer como Colegio de las Niñas de San Miguel Belén en 1751.

“Para mediados del siglo XVIII, que es una época de grandes cambios y transformaciones en el mundo, se comienza a voltear la mirada hacia la educación de las mujeres. Es algo que tal vez se nos olvida, pero dio pie a que se le tomara importancia a la formación femenina, pues también en esta época es cuando se crea el Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas”, señala.

En los años cercanos a la Independencia de México, destaca, llegó a esta institución María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, quien arriesgó su vida para informar a los insurgentes que planeaban luchar contra el virreinato.

Luego de ser descubierta por su tío, el doctor en leyes y abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, Leona Vicario fue llevada al Colegio de las Niñas de San Miguel Belén para que fuera juzgada y, de esta manera, evitó que la enviaran a una cárcel pública. “No estaba como educanda, sino como reclusa, y le tenían prohibido hablar con las colegialas para que no se contagiaran de sus ideas subversivas”, narra Guadalupe Lozada León.

Tiempo después el Colegio de San Miguel de Belén cambió drásticamente de rumbo, pues en enero de 1863, a consecuencia de las Leyes de Reforma, el convento fue expropiado y las colegialas trasladadas a Las Vizcaínas, convirtiéndose en la Cárcel de Belén.

La historia del Centro Escolar Revolución continuará en un segundo capítulo de “La Ciudad de Guadalupe”, serie de charlas históricas que se transmite todos los jueves, a las 19:00 horas, en redes sociales y mediante la plataforma digital de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Capital Cultural en Nuestra Casa (www.capitalculturalennuestracasa.cdmx.gob.mx), garantizando el derecho a la memoria histórica.

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