Cautiva el Ballet Folklórico de México al público en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

Publicado el 23 Junio 2017
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SC/DDC/CP/0478-17 Ciudad de México, 23 de junio de 2017

  • Con una función especial en el recinto de Donceles, la compañía recordó el centenario de su fundadora, Amalia Hernández

  • Dio muestra destreza que la bailarina y coreógrafa imprimió a esta compañía fundada por ella en 1952

  • Destacaron los cuadros dedicados al pueblo azteca, a los sones de Guerrero, a los corridos de la Revolución, a la fiesta jarocha y a la alegría del mariachi

El Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, recinto de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX), fue el escenario donde el Ballet Folklórico de México hizo una presentación especial para recordar el centenario del nacimiento de su fundadora, la bailarina y coreógrafa Amalia Hernández Navarro.

La noche del jueves 22 de junio, el coloso de Donceles fue testigo de esta deslumbrante presentación que reunió vistosas danzas prehispánicas y complejos cuadros dancísticos representativos de las diferentes regiones del país, producto de la visión y talento de su fundadora, fallecida en el año 2000.

Bajo la dirección artística de Viviana Basanta Hernández, la compañía trajo al escenario las coreografías que Amalia Hernández estudió y analizó en largos viajes por todo el territorio nacional a partir de los años cincuenta del siglo pasado, mismos que colocaron a México como referente mundial de riqueza cultural y artística.

La noche comenzó con un programa de danzas prehispánicas. El presente se diluyó ante los ojos del espectador con este viaje coreográfico al pasado. Los señores del cielo y de la tierra, los caballeros águila y jaguar, los dioses nacidos de seres humanos, volvieron al presente para recordar en pleno siglo XXI que treinta culturas distintas florecieron tiempo atrás dejando huella en el color, en el ritmo, en la danza y en la música de lo que es hoy México.

De esa riqueza ancestral abrevó la bailarina y coreógrafa Amalia Hernández para crear, en 1952, al Ballet Folklórico de México. Más aún, la investigadora y productora profundizó en el estudio de los bailes y danzas populares de las distintas regiones del país, lo que llevó al BFM a convertirse en un símbolo de mexicanidad y embajador de las artes ante el mundo.

Esa riqueza dancística del México contemporáneo también estuvo presente en esta función de gala y se fusionó acertadamente con expresiones de teatro-danza: la danza clásica, la danza de carácter y la pantomima para dar paso a cuadros coreográficos característicos de los estados de Guerrero, Veracruz, la Huateca y las zonas del Norte de México.

De Guerrero se presentaron bailables y sones como “Solo mariquita”, de reminiscencias españolas; “Las amarillas”, en homenaje a las calandrias que abundan en la región, y “El gusto”, simpático zapateado que pervive en la zona de Tierra Caliente.

Uno tras otro, sin dar respiro, los más de cincuenta integrantes del ballet prosiguieron con una serie de bailables y corridos de la Revolución Mexicana, con representaciones de sus héroes valientes y soldaderas de amplias enaguas. La fiesta siguió con la típica Charreada en la que se pudo disfrutar de piezas como la “Danza de la reata”, el jarabe “Amor ranchero” y “El mundo se libra del mal con el amor”, movimientos clásicos de estilo que se han desarrollado principalmente en el centro y occidente de México.

Muy colorida y divertida resultó la Fiesta en Tlacotalpan, formada por piezas como “Danza de los pescadores”, “La morena”, “El pájaro carpintero”, “El coco”, “La bamba” y “La jarocha”, entre otras, símbolo de la picardía y alegría de la zona del Golfo de México. Uno de los momentos más emotivos fue la representación de una Boda en la Huasteca, donde desde el cortejo hasta el casamiento se representan mediante bailes y danzas de la zona donde convergen los estados de Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas.

Siempre atractiva y enigmática, la “Danza del venado”, representativa del noroeste de México, arrancó exclamaciones de admiración y respeto por el pueblo yaqui, pero también para el intérprete de la coreografía, quien mostró destreza y esteticidad en cada uno de sus afinados movimientos.

La celebración a Amalia Hernández culminó con uno de sus cuadros favoritos y al que le dedicó muchos años de estudio y preparación: Fiesta en Jalisco, cuadro con el que es posible entender la alegría, la gracia y la belleza de todo un pueblo, acompañado de su música tradicional: el mariachi. Con enorme dinámica, los bailarines desplegaron los sones jaliscienses.

La cartelera de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está disponible en http://www.cultura.cdmx.gob.mx/ y en el sitio http://www.cartelera.cdmx.gob.mx; en redes sociales (Twitter y Facebook) @CulturaCDMX, siga los hashtags #CulturaCDMX y #CiudadSinMuros.

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